Una grave enfermedad
El pianista y compositor Isaac Albéniz
(1860) se había casado joven en Barcelona en 1883 con Rosa Jordana y
Lagarriga. Por su profesión y su maestro
Felipe Perdrell debía permanecer a veces en París.
Era amigo de Enrique Granados (1867), de
Manuel de Falla (1876) y de Joaquín Turina (1882). Componía la suite “Iberia” y las mujeres pianistas
se enloquecían por su música.
Un día, su esposa en España, recibe un
telegrama del marido: “Ven pronto, estoy gravísimo”.
La mujer dejó todo y salió disparada para
Francia. Cuando el tren llegó a París, dos días después, ella se sobresaltó en
la estación. Estaba viendo a su marido, rebosante de salud y felicidad, fumando
un cigarro.
La
mujer le preguntó: “Isaac, ¿no estabas enfermo? ¿No decías en tu telegrama que estabas
gravísimo?”. El atrayente músico respondió: “Sí, amor, es gravísimo. Estaba empezando a
enamorarme de otra mujer”.
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