viernes, 27 de septiembre de 2013

La palabra del amor y el gesto de salud



La palabra de amor y el gesto de salud


Te amo, dije al agua.

Absorbió mi palabra

y en un gesto extravagante

se convirtió en muchas flores.



Gritó al agua, el vecino.

Huyó de su maldad

y se volvió  repulsiva.



Oye esta melodía conmigo,

dije, agradecido, al agua.

Y con la extravagancia habitual

el agua se enderezó llena de flores.



No quiero verte más,

oyó el perro, de una boca amarga.

Y se trocó en monstruo.



Te quiero mucho,

dijo el hombre al can.

Bajo los ojos y se acercó manso.



Igual acontece a la gente:

se hunden o vibran

cuando tocan mi mano.



¿Qué le pasó a la mujer

que descargó sus lágrimas

sobre Jesús?

Salió de su alienación.

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