58 ¿Cómo pude
sentirme tan mal?
Yo soy la vida; ustedes los sarmientos.
Quien permanece en mi y yo en él,
ése da mucho fruto;
porque separados de mi no pueden hacer nada. Juan 15: 5
Cuando los chicos se van a
la cama, se calman de la excitación del día y pueden hacer una revisión de lo
que sucedió y de lo que hay en sus mentes y su corazón.
Mientras
Juan Carlos acompañaba a su hijo Gabriel a acostarse, sintió que esa noche
sería bueno revivir los felices momentos de esa fecha. El equipo de Gabriel
había ganado el campeonato de los chicos ese sábado a la mañana. Gabriel hizo
dos goles y su amigo Sebastián convirtió el penal que dio la victoria.
-
Qué día bueno -, dijo Juan Carlos, sentándose en el borde de
la cama de su hijo. Gabriel no respondió. El chico parecía pensativo.
-
Papá, ¿viste cuando Sebastián hizo el penal y todos entramos
en la cancha y saltamos de alegría?
-
Sí - , dijo el padre
sin saber adónde quería llegar su hijo.
-
Yo estaba contento, pero por adentro me sentí algo mal.
¿Cómo pude sentirme así, si Sebastián consiguió el gol del triunfo? -
Juan Carlos
habría preferido que su hijo le hubiese hecho una pregunta sobre sexo, porque
le habría sido mucho más fácil responderla.
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