martes, 7 de enero de 2014

53 Parábola del hombre abandonado



53 Parábola del hombre abandonado

Decía a todos:
Si alguien ser mi discípulo, niéguese a sí mismo,
tome su cruz de cada día, y sígame.
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá;
y quien pierda su vida por mí,
ése la salvará.   Lucas 9: 23-24

   En aquel tiempo dijo el maestro esta parábola:
   Un hombre tenía muchos amigos por quiénes se desvivía y a quiénes con generosidad regalaba.
   De improviso, el hombre quedó sin trabajo y cayó enfermo de gravedad.
   Pensaba que sus amigos correrían a ayudarlo en esas circunstancias.
   En cambio, todos desaparecieron y dijeron sus excusas: «Tenía que atender mi taller», dijo uno. «Tenía mi suegra enferma», dijo otro. Y un  tercero dijo: «Hace poco abrí un negocio nuevo».
   Solo una monjita y un hombre sin estudios fueron a visitarlo y a llevarle un poco de consuelo y sostén.
   También una anciana tía lo acompañaba.
   Cuando el hombre sane, ¿a quiénes piensan ustedes que tratará como amigos?, preguntó el maestro.
   A esos últimos,  dijeron los discípulos.
   ¿Y qué hará con los primeros?, volvió a preguntar el maestro.
   Los alejará de su presencia a causa de su egoísmo, respondieron ellos.
   En verdad les digo – concluyó el maestro -  los atenderá el doble más que antes porque necesitan sanarse.

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