miércoles, 3 de septiembre de 2014

81 Por primera vez leo un libro en inglés

Por primera vez leo un libro en inglés

   Vamos caminando por la calle San Martín de Mar del Plata. Es la peatonal. Papá es alto, erguido, un poco grueso, despreocupado de las ropas que se muestran, no se interesa por las vidrieras como mamá y la tía Elena. Mis hermanos miran pelotas o juguetes, o simplemente caminan junto a su progenitor.
   Al pasar por la casa Rey, la gran librería de entonces – 1946 -, me pregunta de improviso: 
- Osvaldo, ¿cómo va tu inglés? 
Respondo enseguida: 
- Leo bastante bien. Me cuesta hablar rápido. Escribo bien. Oigo regular.
   Dice como quien no quiere la cosa: 
- Entremos a la Casa Rey, Hay una sección de libros en inglés. Quién te dice que no haya algo para vos. Nos abrimos paso circundando mesas repletas de libros, hasta llegar al fondo. Allí están los anaqueles de libros ingleses. Nadie prohibía la importación en aquellos tiempos.  
Papá pregunta: 
- ¿Qué tramas te interesan? 
Con mis once años y medio respondo: 
- Las novelas policiales.    
– Aquí hay algo afirma. Señala un estante lleno de libros de Agatha Christie. 
Con temor digo: 
- No soy capaz de leer un libro.
   Papá no se inmuta. Apunta: 
- Bueno, las primeras páginas van a resultar terribles porque tendrás que usar el diccionario. Una vez que encuentres el estilo de la autora, ya puedes seguir adelante sin el mataburros y salteando adjetivos y adverbios, hasta llegar al desenlace.
   Elijo The Sittaford Mystery,  una novela escrita en 1931. Sucedió tal como dijo el viejo. Y luego hasta el año 2000 leo la colección completa de la autora inglesa, incluso las obras escritas con seudónimo.


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