lunes, 4 de noviembre de 2013

El coleccionista



41 El coleccionista

Rodeado de infierno
colectó resquemores,
y sordos moretones.
Le decían: “El tonto”.

¡Qué ardor en ese averno!
¡Qué íntima ansiedad!
¡Qué desprecios gratuitos!
¡Qué enfados y sospechas!

Al fin ¿para qué sirve
coleccionar rencores?
Sólo para que escriba
palabras estériles.

En Asturias también
dicen todos: resquemor.
¿La habrá sacado de allá
este coleccionista?

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